¿Estás atravesando por procesos difíciles? ¿No sabes cómo superar eso que vives? Mira estás 3 claves que te ayudarán a vivir la virtud del proceso.
Como Mujeres Victoriosas, hijas de Dios y mujeres de fe, muchas veces vivimos procesos difíciles de comprender, situaciones que cambian nuestra vida y nos llenan de angustia si no estamos fortalecidas en Dios.

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Mantener la fe y la virtud en los momentos de angustia no es fácil, nos cuestionamos y cuestionamos a Dios sobre los procesos que vivimos, lo que sentimos.
Sin embargo, Jesucristo nunca nos desampara, Jesús toma el volante de nuestra vida y aunque las situaciones pueden parecer imposibles de superar, Dios nunca se aparta de nuestro lado, obrando para bien.
Muchas veces estamos tan ocupadas en asuntos del mundo, que nos olvidamos de Dios, asimismo, nos olvidamos de parar para nutrir nuestra vida espiritual y cuando los problemas se presentan caemos derrotadas y sin fe.
Quizás hoy estés atravesando por un proceso difícil del que no encuentras una salida, por ejemplo, un diagnóstico médico, la pérdida de un trabajo o una pena en el corazón.
Aunque vivas procesos de dificultad, hoy queremos decirte que no estás sola y estás 3 claves te ayudarán a reflexionar sobre tus procesos.

Tu proceso es tu progreso
Muchas veces creemos que los procesos llegan a nuestra vida de una forma negativa, esto no es así, de hecho, muchas veces los procesos en nuestra vida son necesarios para que reflexionemos y enmendemos nuestro camino con la ayuda de Dios.
Práctica el auto cuidado
En otras palabras, de nada sirve preocuparte por los otros si no te preocupas por ti. El mundo no va a parar porque tu no estes, quizá tu trabajo o tus hijo se hayan convertido en tu prioridad, recuerda que tu debes ser tu propia prioridad.

No cargues tu sola con todo
Conoce y acepta tus límites, muchas veces vamos cargando con tantas cosas, preocupaciones, penas, tristezas, que incluso pareciera que cargamos con una mochila invisible. No cargues con todo tu sola, pide ayuda, refúgiate en Dios y libera tus cargas.
Cuando enfrentamos procesos difíciles es complicado ver esperanza donde todo parece oscuro, sin embargo, Dios está a tu lado luchando las batallas.

En resumen, mientras atraviesas por procesos difíciles recuerda que todo proceso te va a llevar a una mejor versión de ti, no esperes a que algo o alguien cambie, empieza por ti.
No te olvides cuidar de ti, si no tienes tiempo para tu bienestar, tendrás que sacar un tiempo para tu recuperación, vuélvete tu propia prioridad.
Para vivir la virtud del proceso es necesario pedir ayuda y quien mejor que Dios, no te desesperes y confía en que las cosas obrarán para bien.
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