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¿Has atravesado momentos inquietantes en los que crees que Dios no escucha tus oraciones? Como nosotras, muchas han sido las mujeres que han clamado a Dios por una petición o una respuesta y él ha contestado sus oraciones, pidiendo antes, que se rindan ante Él y confíen en sus planes.
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Al atravesar por momentos difíciles, es muy fácil que la duda y la inseguridad se apodere de nosotras, haciéndonos creer que Dios se olvida de nosotras y nuestras oraciones.
Dios es un Padre de amor, que se inclina a escuchar nuestras oraciones, sin embargo, muchas veces nos pone a prueba, demostrando nuestra fe. Hoy te invitamos a conocer la historia de Ana; una mujer que pasó por esta misma situación, pero que sus acciones le convirtieron en un ejemplo de fe, oración y espera en Dios. A quien finalmente Dios demostró su gloria al responder las peticiones de su corazón.
Ana era una mujer entregada a Dios, ella era la segunda esposa de Elcana; quien la amaba profundamente. Uno de sus sueños más grandes era ser madre, sin embargo, ella no podía concebir. Cada año, ellos iban a adorar a Dios y ofrecerle sacrificio.
Según relatan las escrituras en una ocasión, mientras adoraba a Dios, Ana, derramó su corazón por una petición, con amargura de alma, oró, lloró abundantemente y le pidió a Dios que se acordara de ella, viendo su aflicción; prometiéndole que si Dios le concedía un hijo, ella lo entregaría a su servicio. Dedicándolo a Él todos los días de su vida.
Dios le contestó a Ana y concibió, dando a luz a un hijo varón a quien puso el nombre de Samuel, en que quiere decir, Dios escuchó.
Esta historia nos demuestra que pese a las situaciones difíciles que estemos atravesando, debemos tener fe y confiar en Dios.
La mejor forma de llegar a Dios es por medio de la oración, por eso, confía en Dios y deposita tu petición en sus manos, utiliza la oración para hablar con Dios, Él conoce tu corazón y lo qué hay dentro, pero su deseo es que le busques, le cuentes de ti, tus aflicciones y tus sentimientos.
Cumple lo que prometes:
En medio de la oración muchas veces hacemos promesas y cuando vemos el milagro nos olvidamos de lo que prometimos, con su ejemplo, Ana nos demuestra que así como Dios es fiel, nosotras también debemos mantenernos fieles a nuestras promesas, Ana dedicó su hijo a Dios y le entregó en servicio a Él.
Da alabanza a Dios:
Muestra la gratitud de tu corazón dando gracias a Dios en todo momento, da alabanza y exalta su nombre dándole gracias por sus obras.
Sin duda la historia de Ana es un gran ejemplo para nosotras, nos demuestra a esperar y confiar en Dios frente a toda situación, agradecer a él y darle alabanza.
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