¿Te has cuestionado sobre los planes de Dios? ¿Te cuesta mantener la fe en las situaciones difíciles? Mira estos consejos que te ayudarán.
Cuando nos pasamos por situaciones difíciles, tempestades, es muy fácil preguntarnos el por qué Dios actúa de ciertas formas.
Por ejemplo, en una enfermedad o al atravesar por una pérdida, quizá en nuestro dolor nos resulta muy difícil decir Dios ayúdame o incluso nos cuesta aún más comprender los planes de Dios y mantener la fe.
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Sin embargo, mantener la fe en medio de las tempestades realmente habla de quiénes somos en Jesús de Nazareth.
Es decir, es muy fácil amar y confiar en Jesucristo en los momentos de felicidad, más, nuestra verdadera fe se prueba en las dificultades.
El estar cerca de Dios no quiere decir que estamos exentos de atravesar por momentos de oscuridad o tempestades. Sin embargo, al descansar en él, tenemos la confianza que las pruebas pasarán.
Por eso hoy te compartimos algunos consejos para mantener la fe en las tempestades.
Desahógate
Para superar nuestro dolor, es necesario permitirnos sentir. Si es necesario llorar, llora. Expresa lo que sientes en este momento de angustia y dolor, entrégale a Dios lo que sientes. No te dejes derrotar y confía que Dios está aquí y sanará ese dolor.
Aprende a tener discernimiento
En las tempestades es muy fácil dudar, dejarnos vencer por lo que sentimos. Por eso, refúgiate en Dios, reconoce que Dios ha sido bueno, recuerda lo que él ha hecho en tu vida.
Confía en que Jesús te sostiene y si bien, ahora no comprendes sus planes, ten la certeza que en sus manos las cosas obran para bien.
Busca su palabra
Aférrate cada día a las Escrituras y en medio de los procesos recuerda regresar a ella. Pues, es por medio de la Palabra que tus fuerzas se renuevan y tu fe se fortalecerá y crecerá.
Cuida cada día de tu relación con Jesucristo, para que en medio de la oscuridad o las tempestades, tu fe y tu confianza en Dios estén más firmes que nunca.
Deposita tu confianza en Dios a pesar de las circunstancias, Dios no es un hombre que no cumple su promesa y en medio de las tormentas él prometió que te sostendría.
Recuerda que en medio de las tempestades Jesús toma el volante de tu barca.
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