Cuando pensamos en mujeres valientes de la Biblia, Miriam aparece como una figura clave.
Hermana de Moisés y Aarón, fue profetisa, líder y adoradora en tiempos donde la voz de la mujer pocas veces era reconocida.

Su historia nos recuerda que incluso en el desierto, se puede alzar un canto de victoria.

Desde pequeña, protectora

Miriam aparece por primera vez en las Escrituras cuando aún era niña. Fue ella quien vigiló de lejos la canasta que llevaba a su hermanito Moisés por el río, confiando en que Dios lo protegería.

Y fue ella quien con valentía se acercó a la hija del faraón para proponer que una mujer hebrea (su madre) lo amamantara.

¿Qué niña puede tener esa sabiduría y valentía? Miriam ya mostraba el llamado de Dios en su vida.

Profetisa y líder del pueblo

Años después, cuando Dios liberó a Israel de Egipto, Miriam fue reconocida como profetisa (Éxodo 15:20).

Luego del paso por el Mar Rojo, mientras el pueblo aún temblaba por lo que había visto, ella tomó un pandero y comenzó a adorar a Dios con danzas y cantos.

Su fe inspiró a otras mujeres a hacer lo mismo.

“Cantad al Señor, porque se ha cubierto de gloria; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (Éxodo 15:21).

Miriam nos enseña que hay poder en la alabanza, incluso en medio de la prueba.

Cuando el orgullo toca la puerta

Pero como toda persona, Miriam también tuvo momentos de debilidad. En Números 12, cuestionó la autoridad de Moisés y fue castigada con lepra.

Sin embargo, su historia no termina ahí: el pueblo oró por ella, y Dios la restauró.

Este momento nos recuerda que aun los líderes fallan, pero el perdón y la restauración están al alcance cuando hay humildad.

¿Qué podemos aprender de Miriam?

• Que el valor puede empezar desde la infancia, cuando confiamos en Dios.
  
• Que la adoración puede ser una respuesta poderosa incluso en medio del desierto.

• Que el liderazgo requiere humildad, y que Dios es fiel para restaurarnos cuando caemos.

Un legado de fe y adoración

Miriam no fue perfecta, pero sí fue fiel. Fue una mujer que se atrevió a levantar su voz, a cuidar a los suyos, a alabar a Dios con todo su ser.

Que su historia nos inspire a cantar en medio de nuestras batallas, a proteger con amor y a seguir caminando confiando en el Dios que abre caminos en medio del mar.