Devocional

A veces sentimos que los demás nos juzgan por lo que aparentamos, por nuestros errores pasados o por lo que ellos creen que somos capaces de hacer. Pero la verdad más hermosa es que Dios ve más allá de todo eso. Él conoce tu corazón, tus luchas internas, tus anhelos más profundos y el propósito que ha puesto en tu vida.

Mientras las personas ven solo la superficie, Dios ve el potencial que Él mismo sembró en ti.

Dios ve tu valor, incluso cuando otros lo ignoran

Puede que te hayan subestimado, que te hayan dicho que “no puedes” o que hayas sentido que no encajas. Sin embargo, Dios no se deja llevar por las apariencias ni por opiniones humanas. Él mira tu corazón.

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
— 1 Samuel 16:7

Así como Dios escogió a David, un joven pastor ignorado por muchos, para convertirlo en rey, Él también puede usar tu vida de formas que otros no imaginan.

Dios ve tus batallas internas y no te juzga, te acompaña

Hay luchas que nadie más conoce: temores, heridas, pensamientos o cargas que llevas en silencio. Dios las ve todas. Y en lugar de alejarse, Él se acerca con amor y compasión.

“Tú has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias.”
— Salmos 31:7

Él no se sorprende por tus debilidades; las conoce mejor que tú misma y aun así te ama profundamente. Cada lágrima, cada oración en silencio, Él la escucha.

Dios ve tu propósito, incluso cuando tú dudas

Hay momentos en los que no entendemos lo que Dios está haciendo. Sentimos que no avanzamos, que no somos suficientes o que nuestros sueños se están apagando. Pero Dios sigue viendo el propósito eterno que plantó en tu vida desde antes de que nacieras.

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué.”
— Jeremías 1:5

Aunque tú no lo veas claramente ahora, Dios no ha dejado de trabajar en ti. Él ve en ti una mujer valiosa, con un llamado único que nadie más puede cumplir.

Querida mujer victoriosa

Dios ve en ti lo que otros no pueden ver: tu verdadero valor, tus luchas sinceras y el propósito que ha diseñado especialmente para ti.

Hoy, permite que Su mirada sea la que defina tu identidad, no las opiniones ajenas ni tus inseguridades. Camina con confianza sabiendo que el Dios que te creó también te respalda, te ama y te guía cada día.

Cuando otros no lo notan, Dios ya está obrando en lo profundo de tu historia.