La oración es el arma más poderosa que Dios ha puesto en nuestras manos. Una mujer de oración no solo eleva sus propias necesidades, sino que se convierte en intercesora por aquellos que ama.
Este devocional de 10 días te guiará a buscar a Dios, cubrir a tu familia con oración y confiar en que Él escucha cada clamor.
Día 1 – El llamado a interceder
Versículo: Ezequiel 22:30 – “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, y no lo hallé.”
Reflexión: Como mujeres, Dios nos llama a pararnos en la brecha por nuestra familia. Interceder es levantar un muro espiritual de protección alrededor de los nuestros.
Oración: Señor, aquí estoy, dispuesta a interceder por mi hogar. Usa mi voz y mi fe para cubrir a mi familia delante de ti.
Día 2 – Orando por la salvación de la familia
Versículo: Hechos 16:31 – “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”
Reflexión: La mayor herencia que podemos dejar a los nuestros es la fe en Jesús. La salvación es una promesa para ti y tu casa.
Oración: Padre, te pido que cada miembro de mi familia te conozca, te ame y viva bajo tu gracia.
Día 3 – Protección en medio de las pruebas
Versículo: Salmo 91:11 – “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.”
Reflexión: Aunque no podemos estar en todo lugar, Dios sí puede. Su cobertura es más fuerte que cualquier temor.
Oración: Señor, guarda a mi familia bajo tus alas, protégelos en su entrada y en su salida.
Día 4 – Fortaleza en las luchas diarias
Versículo: Isaías 41:10 – “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo.”
Reflexión: La vida trae cansancio y preocupaciones, pero Dios da nuevas fuerzas a quienes esperan en Él.
Oración: Padre, fortalece a mi esposo, hijos y seres queridos en sus batallas diarias. Sé su refugio y sustento.
Día 5 – Oración por la unidad familiar
Versículo: Colosenses 3:14 – “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.”
Reflexión: El enemigo busca dividir, pero el amor en Cristo mantiene unida a la familia.
Oración: Señor, que en mi hogar reine tu amor, el perdón y la unidad.
Día 6 – Orando por sabiduría en la crianza
Versículo: Proverbios 22:6 – “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Reflexión: La maternidad requiere sabiduría, y esa sabiduría viene de lo alto.
Oración: Padre, dame gracia y sabiduría para criar a mis hijos con paciencia, amor y conforme a tu Palabra.
Día 7 – Clamando por provisión
Versículo: Filipenses 4:19 – “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”
Reflexión: La provisión de Dios no se limita a lo material, también abarca paz, amor y todo lo necesario para el bienestar del hogar.
Oración: Señor, tú eres mi proveedor, confío en que nada faltará en mi familia.
Día 8 – Esperanza en tiempos difíciles
Versículo: Romanos 12:12 – “Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.”
Reflexión: Aun en medio de pruebas, la oración sostiene y la esperanza en Cristo nos da paz.
Oración: Padre, fortalece la fe de mi familia en tiempos inciertos y llénanos de esperanza en ti.
Día 9 – Intercediendo por sanidad
Versículo: Jeremías 30:17 – “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová.”
Reflexión: Dios es nuestro sanador y puede traer restauración tanto al cuerpo como al corazón.
Oración: Señor, sana las enfermedades físicas y emocionales de mi familia, y que tu paz sea medicina para nuestras almas.
Día 10 – Gratitud y confianza
Versículo: 1 Tesalonicenses 5:17-18 – “Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
Reflexión: La oración no termina con un pedido, sino con gratitud. Al confiar en Dios, sabemos que Él obra en favor de nuestra familia.
Oración: Gracias Señor por escuchar cada clamor. Declaro que mi familia está en tus manos y en tu perfecto plan.

Ser una mujer de oración es un llamado y un privilegio. Cada día que te levantas a interceder por tu familia, siembras semillas de fe que darán fruto en el tiempo de Dios.
- Recuerda: tus oraciones no son en vano, el Señor escucha cada palabra y actúa con amor y poder.