En algunas ocasiones cuando pasamos por momentos difíciles tendemos a que nuestra FE se debilita, sentimos que Dios nos ha dejado solas, sentimos que Él nos ha dejado abandonadas, llegando a pensar incluso que Dios nos está dejando de lado.
Como seres humanos imperfectos es muy fácil dejarnos llevar por momentos de debilidad en los que dejamos de confiar en el Señor. Nos sentimos vulnerables y pensamos que todo nuestro mundo se cae por completo.
Es muy fácil tener fe cuando las cosas están yendo de maravilla, pero qué sucede cuando pasamos por un mal momento; una enfermedad, la pérdida de un ser querido, la pérdida del trabajo, entre otras muchas cosas más.
¿Cómo fortalecer tu FE día a día para no dudar de Dios en ninguna ocasión?, mira estos consejos:
1. Agradece a tu Dios por todo
Aún en medio de los malos momentos recuerda todas las bendiciones que Dios te ha regalado, piensa en que estas pruebas serán superadas. Dios será bueno contigo.
2. Trabaja en tu paciencia
La paciencia es una virtud que te servirá en gran manera al atravesar por un momento de dificultad. En ocasiones nos resulta fácil reclamar a Dios. Pero cuando una persona es paciente, no mira lo grande de su problema, se enfoca en saber que es lo que Dios quiere enseñarte en medio de la tormenta. Habla con Dios y en el momento perfecto Él te hará ver el arcoiris después de la lluvia.
3. ¡Confía!
Dios ha hecho grandes milagros y lo hará en tu vida. Espera en Dios, confía y entrégale tu corazón. Tu futuro estará asegurado si lo pones en las manos de Dios.
4. Estudia su palabra
La Palabra es la mejor fuente de esperanza, busca en ella la fuerza que te hace falta para afrontar los momentos difíciles. Mira estos 2 versículos que puedes guardar en tu corazón en medio de las pruebas.
Isaías 41:10 – «Así que no temas, yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y ayudaré, te sostendré con mi diestra victoriosa»
Nahum 1:7 – Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia y protector de los que en Él confían.
Mujer Victoriosa, recuerda que la FE es tu mejor arma ante los momentos difíciles. La FE te mantiene fuerte en medio de la desesperanza y el dolor, aunque sea difícil lo que estás pasando, confía, porque Dios te dará la victoria.
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