Conoce la historia de Sara, una mujer de la Biblia que nos enseña sobre la fe, la esperanza y la fidelidad de Dios incluso cuando todo parece imposible.
Como mujeres cristianas, anhelamos ejemplos de fe que nos ayuden a perseverar en medio de las pruebas. Sara, también conocida como Sarai, es una de esas Mujeres Victoriosas que nos muestran que Dios no se olvida de Sus promesas, aunque el tiempo pase.
La historia de Sara se encuentra en Génesis capítulos 12 al 21, y comienza con el llamado de Dios a Abraham, su esposo. Dios prometió que haría de él una gran nación, aunque ambos ya eran mayores y no tenían hijos.
A pesar de su avanzada edad y de las circunstancias que parecían imposibles, Dios cumplió Su promesa: Sara dio a luz a Isaac, el hijo de la promesa.
Detrás de esta historia de fe, podemos aprender 3 cualidades de Sara que toda mujer de fe puede aplicar a su vida:
1. Espera con fe, aunque tarde la promesa
Sara esperó durante años por la promesa de un hijo. Aunque en un momento dudó, Dios fue fiel a Su palabra.
Tú también puedes estar atravesando un tiempo de espera, pero recuerda que Dios nunca llega tarde. Él es fiel, y si te prometió algo, lo cumplirá a Su tiempo.
Confía en Su calendario, no en el tuyo.
2. Cree aunque no entiendas el “cómo”
Desde una perspectiva humana, era imposible que Sara tuviera un hijo a su edad. Sin embargo, lo imposible para nosotros es posible para Dios.
Aun cuando no entiendas cómo se cumplirá la promesa, cree. La fe no depende de lo que ves, sino de en quién has confiado.
3. No te definas por tus errores, sino por la gracia de Dios
Sara tuvo momentos de duda y tomó decisiones apresuradas, como cuando ofreció a su sierva Agar a Abraham. Sin embargo, Dios no canceló Su plan por sus errores.
Esto nos recuerda que nuestros fallos no limitan el poder de Dios. Él sigue obrando a pesar de nuestras debilidades, y Su gracia nos sostiene.
Sara es un ejemplo de que la fe puede crecer incluso en medio de la duda y el cansancio.
Dios la llamó “madre de naciones”, y cumplió Su promesa. Así también, tú puedes ver cumplirse las promesas de Dios si te mantienes firme en la fe.
Declara con seguridad que eres una Mujer Victoriosa, que espera, cree y camina tomada de la mano de Dios.
